cielo salado
en el paladar protésico de esta hora
que procura la música.
suena un grupo semidesconocido
que en los 70 midió su juventud
con la de todos
y ahora es una chispa en el reproductor
de vinilos ahogados,
un cielo salado que hace picar la piel
y la levantan,
como si fuese un edificio que el rock
recién nacido
pudiese despertar.
suena la vida a cántaro que vuelve
a la fuente.
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