Versos enlazados con
imperdibles
se cayeron en la última
cuesta, cuando ya tenía decidido
hacia qué almenas
tendrían que apuntar.
como un soldado a sueldo
de nostalgias y de duelos
acudo a la llamada del
amor.
un puñado de verbos,
como llovidos del cielo,
golpean la curvada
espalda de unos gatos
y sabe la ciudad a
círculos de fuego
dentro de los que bailan
los dioses del dinero.
están tecleando el
lenguaje de la prisa
en cada acera
y no hay fruta de soñar
en las neveras.
caminando despacio
se oyen lápices y
labios estallando,
se huele el zumo de los
días por el suelo.
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