Una hoja seca en la sala de espera,
una especie de emisario de la muerte:
la vida rota aguardando retirarse
de la escena.
Un cuerpo varado muerde el postigo de la vida
venidera,
venidera,
todo pasa,
nada queda.
Un cádaver debajo de una silla,
como un sueño en la nevera,
un pañuelo agarrado a un arrecife,
arrojado al mar
por la galerna.
Una hoja seca en la sala de espera,
llenando de poesía todo el cuarto,
los folios llenos de asteriscos
y las escaleras.
Me encanta esa vena poética que tienes Manuel
ResponderEliminarUn biquiño